Publicado: 2021-04-18
Rodrigo Ghattas
“(K)he nos queda”? Para empezar, quizás una autocrítica sobre nuestro envolvimiento en la participación ciudadana y política del país. Qué hemos hecho más allá de las predeterminadas expectativas del actual sistema hypercapitalista (paga impuestos, haz más plata, auto-explótate, se conchudo, se egoísta, etc.)? Hemos acaso, si quiera, tratado de entretener nuestro pensamiento crítico, la práctica solidaria, la empatía, la auto-información para formar una colectividad ética que nos permita afrontar adversidades desde un encuentro colectivo gestado desde un deseo de “unión”?
Cuando fue la última vez que intercambiamos un tiempo en Tik Tok por un momento de lectura sobre la historia de nuestra República y sus predecesores? Acaso sabíamos que el periódico conservador El Comercio en sus publicaciones de 1914 ya usaba el “terruqueo” como un arma calamidal importada desde Europa para atacar a los anarco-sindicalistas del Perú? Ah! pero jamás uso la misma estrategia para denunciar a los gamonales y a los señores feudales que expropiaban, en la mayoría de casos, violentamente las tierras del Ayllu -las tierras de las comunidades campesinas -, el sistema de organización social pre-Inca. Y claro, nunca escuchamos hablar de que nuestra República (viejita con 200 añitos) se construyó sobre una idea romantizada de la reivindicación del Tahuantinsuyo. Aquel imperio Inca que fue ‘comunista’ pero que a la vez fue también imperialista, colonizador, violento y usó el Ayllu como sistema social de opresión sobre los otros pueblos. Aquellas comunidades indígenas campesinas originarias del Perú pre-Incaico usaban un sistema(s) de reciprocidad como sistema de trabajo colectivo solidario (Ayni) basado en la cohesión cultural colectiva a la vez que abría espacio para la libertad individual y la diversidad – lo aplican hasta el día de hoy. Quizás estaremos de acuerdo que no habrá que ser del espectro político de “izquierda” (progre, libertario, marxista, socialista, o comunista, e infinitos etcéteras) para ver la gran importancia de estos forjamientos sociales en un país como el nuestro. Qué podemos aprender de está filosofía de vida y organización de la sociedad? Cuál ha sido nuestra verdadera reacción hacia la severa opresión e injusticia social/económica/cultural sufrida por las comunidades nativas, indígenas y por los grupos más vulnerables de nuestro país? Una y otra vez les hemos mentido, nos hemos mentido a la cara diciendo que estamos aquí “ocupados” tratando de “hacer país”, el chiste se cuenta solo, lo que nunca les/nos decimos es que jamás podrían/podríamos ser parte de él, incluso si triunfáramos en esa labor utópica. Y quizás, en una manera mórbida, sería mejor así.
Porqué tanta complacencia? El “Khe me queda” es sinónimo de “te entrego mi autonomía y mi futuro, y seré feliz con lo que elijas por mí mientras pueda mantener mis libertades (usualmente comodidades)”. Qué gran contradicción! Que esta sea la gran frase del Perú del Bicentenario empleada por muchos que desean mantener su “libertad”? Qué definimos por libertad entonces cuando nos sometemos voluntariamente al manto y mandato no regulado de la miserable clase política/empresarial que tenemos? De qué libertad podemos hablar si la libertad individual es entregada al conservatismo, la corrupción, y demás males como trueque por mantener el status quo? Por mantener la ilusión, con i mayúscula, de una clase “media” fantasiosa que se cree indispensable para la fabricación de una estructura social-económica “saludable” en el país, pero jamás podrá ser la columna vertebral de las estructuras políticas y culturales que hacen viable el derecho a ejercer nuestra vida de manera plena y universal. Porque esa clase es y seguirá siendo, al menos por ahora, ética y socio-económicamente hablando permanentemente incapacitada, frágil y caprichosa, para sostener el concepto y el projecto de una posible patria igualitaria, justa y pluricultural.
“Todo anda mal en el Perú” escucho decir desde siempre, pero qué hacemos nosotros para que cambie? La idea de sentarnos en una oficina por 8 horas al día nos seduce (qué por cierto, las 8 horas laborales se las debemos agradecer al internacionalismo solidario del movimiento anarquista-sindical en el Perú que siguiá los pasos del movimiento de trabajadores de Chicago en U.S.A), haciendo lo qué nos/o no nos gusta, pero será suficiente para crear comunidad y ‘hacer país’ más allá de una idea fantasmagórica de “desarrollo” económico. Creo que no lo es, y esto va más allá de Izquierdas o derechas, progres o conservadores, tiene que ver con enfrentarnos a nosotros mismos, mirarnos al espejo y preguntarnos si podemos ser los verdaderos mecánicos de la democracia, los que le damos mantenimiento no cada período electoral pero cada día de nuestras vidas a través de nuestras acciones individuales y colectivas.
“Khe me queda” es sin dudas la frase del Bicentenario, “ya no importa quién salga como presidente”, porque también nos hemos acostumbrado a un caudillismo superfluo, Harry Pottero, megalómano e impráctico basado en la corrupción no tanto del sistema pero como de lo que significa ser humano. La actual pandemia deliberadamente olvidada en las propuestas de nuestros dos posibles futuros presidentes así lo demuestran, una vez más. Nuestra única opción para remediar nuestras más agudas deficiencias; individualismo, racismo, corrupción, segregación, intolerancia, falta de educación y compromiso (y un ilimitado etc.) es que nos ayudemos a nosotros mismos, que trabajemos por conceptualizar nuestra idea de ciudadanía, reinventar nuestras pobres prácticas de colectividad y acción política, fomentar la autoorganización, y empujar un nuevo pacto social que no sea ni ideado ni redactado por otros pero que pueda nacer del seno de nuestra unión en democracia solidaria, ético-rebelde, colectivista y en bienestar.
[Foto de portada: KHE ME QUEDA, página de Facebook]
Notas:
Ayllus del Sol. Anarquismo y utopía andina – Wilfredo Kapsoli – descargar aquí
“Hugo Blanco, Río profundo” – ver aquí
“La Revolución y la Tierra” – ver aquí
“Perú: la revolución que nunca fue”. Dir: Peter Tiffin, UK, 1979) – ver aquí
Rodrigo Gracias por el material compartido Saludos, David Aguilar
El dom, 18 abr 2021 a las 4:20, Rodrigo Ghattas-Pérez () escribió:
> Rodrigo Ghattas posted: ” Publicado: 2021-04-18Rodrigo Ghattas Pues, > escribir estas lÃneas… “Khe nos queda”? Para empezar, quizás una > autocrÃtica sobre nuestro envolvimiento en la participación ciudadana y > polÃtica del paÃs. Qué hemos hecho más allá de las predeterminadas” >